domingo, 11 de diciembre de 2011

El Llegar

Dos personas se encuentran en la cima de una montaña. Una se encuentra totalmente desalentada ya que vio a la otra llegar primero.

- Maldita sea mi suerte. – dice desconsolada. He tratado de llegar primero y usted  siempre me gana. Entreno, entreno, me esfuerzo y pongo mi mejor voluntad, mi espíritu responde a la entrega del esfuerzo, ¿ Para que?, si usted siempre llega.

El otro, lo miro con desconcierto. ¿Que clase de declaración era esa?. El solo lo que hacia era llegar a la cima de la montaña, ¿Que culpa tenia de ello?

- No entiendo la naturaleza de su declaración. Debería estar orgulloso de su esfuerzo y de que su espíritu lo apoye; usted es el que verdaderamente llega, yo solo subo la montaña.

Empezó a reírse de una manera violenta. Con un dedo señalándolo le dijo:

- ¡ Le hace falta humildad con los caídos! ¿ Como puede mofarse de mi de esta manera?, yo solo subo la montaña….. POR FAVOR. El bronce se quiebra a su paso, la plata no puedo detenerlo y el oro…. Si hablara del oro, le sonríe de una manera, que en mi vida he visto.

El otro simplemente levanto los hombros y los dejo caer. Seguía sin entender su planteo. El solo subió la montaña, nada mas. El crimen mas cruel que ha cometido es haber ganado un par de veces, nada mas. ¿ Por que escuchaba semejantes acusaciones?, debido a esto decidió tomar una medida.

- Usted me acusa de que el oro me sonríe, entonces hagamos un trato. Tome mi lugar. Tenga mi suerte, mi oro y mi podio si tanto le importa. Quiero que después me diga lo  que se siente. Solo con esa condición, que me diga todos sus sentimientos e ideas, hasta la mas mínima.

Emocionado sello el trato. Le dio su palabra de darle parte de todo lo que pasara por su interior y por ello recibió un año de sonrisas por parte del oro. Quedaron  en encontrarse al termino del año en la misma montaña.

Bajaron juntos y siguieron diferentes caminos. El que llego primero a la montaña, fue a su casa, se reunió con su familia, se junto con sus verdaderos amigos de toda la vida a tomar esas copas que hace años quedaron pendientes, pero sobretodo obtuvo una paz que hace años no experimentaba. Tranquilidad y contención, eso obtuvo durante un año.

En cambio, al segundo no le paso lo mismo. Al principio se sentía feliz por ganar, hasta que el oro lo empalagado  de una manera que incluso llego al pensamiento del suicidio. Nadie lo ayudaba, todos le exigían. Pero claro, era el mejor y los mejores no pueden cometer errores. ¿ Voluntad, espíritu, alma?, no, solo entrenamiento y mente, no había tiempo ni para los sentimientos. Lo que importaba era el llegar a toda costa, sin importar lo que se perdía en el camino, todo sea por el oro tan preciado….

El año paso, el plazo se cumplió. El segundo llego, como era de esperarse, primero. Aunque parezca una contradicción, no le costo mucho llegar, es mas lo único que lo motivaba era llegar para terminar con su martirio. Mientras que el otro tardo un poco mas de lo previsto, pero no le importo, en cambio le produjo una satisfacción el saber que mientras trataba de llegar estaba dando algo suyo pero sabia que esta vez no lo iba a perder. Era su espíritu que lo impulsaba a llegar a la cima. No había entrenamiento, ni estrategias, solo las ansias de llegar para cumplir con el corazón que lo estaba alentando.

Se mirar aron fijamente. El primero se tiro e rodillas y rompió en un llanto desgarrador. La imagen que daba no era de un ganador, todo lo contario. Era una persona totalmente infeliz, en donde la depresión hizo estragos y su razón estuvo a punto de perderse por el camino de la locura.

- ¡ Por favor, libérame de este mal, ya paso un año de agonía, ya no quiero mas!

- Pero ¿ Que le ha ocurrido?

- Fue horrible. Al principio estaba feliz porque ganaba, tener el oro en mis manos fue la sanción mas hermosa por aquel momento. Pero un día, sin darme cuenta, estaba solo. Solo ante el mundo que me señalaba y esperaba mas de mi. Eran como vampiros insaciables esperando atacarme para alimentarse de mi sangre. Nadie me ayudaba, esta. Estaba solo, en la cima.

Era el rey de mundo y a su vez el desterrado del mismo. Mi corazón ya no latía como antes, me atrevería a jurar que no latía. Me levantaba sin fuerzas, ni la luz del sol me calentaba por las mañanas. Era como estar muerto pero vivo al mismo tiempo. Un razón calculadora domino mi ser y mato a mi espíritu.

¡ Por Dios! ¡ HE PERDIDO MI ESPRITU!.

Agarrándolo de los brazos lo contuvo. Se dejaron caer en el piso mientras uno lloraba y el otro lo consolaba. El año había terminado, era libre. Al saber que podía volver a su vida anterior, un estibo de felicidad se vislumbraba en aquel pobre individuo.

Antes de despedirse, este le pregunto:

- ¿ Por que no me ha advertido de esto?

- Usted lo deseo. Si se lo hubiera dicho, nunca me hubiera creído. Es por ello que mi condición era que me contara su vivencia, quería escuchar y que escuchara por su propia boca el martirio que sufriré por el resto de mi vida. Lo mío no es suerte, es una maldición que arrastrare hasta mi tumba, pero me resignado con el paso del tiempo. Le he de ser sincero, el resignarme fue lo mejor que he hecho, sufro menos.

Serio el hombre no entendía la respuesta que le daba. Ante ello, le paso a explicar:

- Antes era como usted. Quería llegar a toda costa, en parte creía que me lo merecía por todo el trabajo que he logrado con fruto de mi esfuerzo. Un día llegue y la felicidad no me cabía adentro del pecho. Así fue una, otra y otra… Otra mas, una mas, era algo que se apodero de mi, el objetivo era llegar y me ocurrió lo mismo que a usted. Me encontré solo. Pero gracias a este año pude paliar un poco el dolor y me deja un buen recuerdo a recordar el día del juicio final.

Ahora sin mas, me dispongo a bajar, ya que mañana tendré que subir de nuevo.

Se dieron la mano en forma de despedida. Ya nada había que esperar, solo tenían que bajar ambos y retomar sus caminos. Aunque uno disparo con una pregunta que el otro no esperaba.

- ¿ Como pudo aguantar todo este año la agonía de la que dice que fue participe?

- Solo pensaba en que el año llegaría a su fin y que seria libre.

- Entonces, después de todo, no esta tan perdido.

- ¿ Por que lo dice?.

- Me dijo hace un rato que había perdido el espíritu, y la perseverancia amigo mío solo la tiene el esperita. Así que póngase feliz, que a diferencia mía, usted no ha perdido nada.